El networking, se define como el proceso voluntario por el cual, a través de intermediarios, un individuo se pone en contacto con otros que disponen de información o de poder de decisión en lo concerniente a un puesto de trabajo.
Es muy importante realizar una labor de explotación y mantenimiento de una red de contactos profesionales. Esta red es, en efecto, un aspecto esencial de la búsqueda de empleo, pues los anuncios sólo corresponden a la parte visible del iceberg de puestos vacantes. Sácale partido a tu red de contactos.
La eficacia del networking ya ha sido profusamente demostrada: es la mejor forma para ti de dar a conocer al mayor número de gente y al menor coste, que estás buscando un nuevo empleo, así como del tipo de empleo y sector en el que estás interesado. El objetivo consiste en hacer emerger ofertas de empleo y de hacer que éstas lleguen a ti de forma natural.
Para empezar, elaborar una lista de contactos que abarquen a tu familia, amigos y conocidos así como de viejos colegas te pondrá en el punto de partida para iniciar la caza. Este es un buen inicio, pero deberás ir actualizando esta lista a medida que las personas de la lista inicial te faciliten nuevos contactos, de forma que ésta irá agrandándose progresivamente siempre entorno al tipo de puesto y actividad al que quieras optar.
Puedes dirigirte a cada uno de tus contactos por carta, mail o llamada telefónica. En caso de llamada, procura hacerla una semana después de haber enviado carta, para dar tiempo a ésta a llegar a su destino. El objetivo consiste en conseguir una entrevista en la que puedas ampliar y precisar información sobre la actualidad del dominio de actividad, así como un panorama de los contactos interesantes y de pistas de búsqueda de empleo que vuestro interlocutor pueda facilitarte.
Aunque el objetivo del tipo de entrevista difiere de la entrevista de trabajo tradicional, se trata igualmente de impresionar al contacto. Tu ropa, actitud y discurso deben ofrecer una imagen profesional. Cuanto más claro, preciso, entusiasta y simpático seas, más interesado se mostrará tu interlocutor y será más proclive a apoyarte y ayudarte.
No te presentes como un buscador de empleo, no lleves tu CV, te arriesgas a convertir la situación en embarazosa para él y a que huya de ella a la mínima oportunidad que se le presente. Tu intención sólo es pedir consejo, conocer el dominio de competencia de tu contacto y, eventualmente, ensanchar tu lista de personas interesantes. No busques dar lástima, no suele resultar. Insiste en el hecho de que ahora te encuentras en un período de transición, explicando tu proyecto de futuro y las competencias de que dispones para llevarlo a cabo.
Al final de la entrevista, asegúrate que tu interlocutor ha comprendido lo que esperabas de él, y que si puede proporcionarte algún contacto, o si te puede aportar alguna información en el futuro, te la hará llegar de algún modo. Agradécele su amabilidad al haberte recibido. Cuando llegues a casa, anota en tu planning la fecha de la entrevista para que puedas ver el avance global de tu proyecto.
Después de una serie de entrevistas, sabrás por tu lista quién ha mostrado interés por ti y qué contactos han sido útiles. Llama regularmente para saber si tienen alguna novedad; debes tener claro que tu tarea consiste en conseguir que tus contactos te aporten la mayor cantidad posible de información útil. Cuando tu búsqueda de empleo haya concluido, hazlo saber a las personas que forman parte de la lista, agradeciéndoles su ayuda.