Fruto de la evolución del mercado laboral hay un factor a tener en cuenta dentro del redactado en las ofertas de empleo y es que en la mayoría de los casos se especifica qué titulación hace falta para desempeñar el puesto vacante (en este tipo de ofertas se requiere más el título), pero hay otras ofertas en las que se considera más importante la formación específica para ese trabajo que una formación académica adecuada (son el tipo de ofertas que requieren más de la experiencia del candidato).
Lo que juega a favor de dichas titulaciones y facilita la inmersión dentro del mercado laboral, es que la mayoría son polivalentes y permiten el acceso a una gran variedad de funciones.
Los requisitos que se piden en las ofertas de empleo son los siguientes:
Dentro de este baremo que abarcan dichos factores lo que más podemos ver en la publicación de las ofertas de empleo es:
Pero quizás lo más valorado hoy en día debido a su gran eficacia para el buen desarrollo organizacional son un conjunto de competencias denominadas habilidades interpersonales, las cuales están englobadas dentro de la Inteligencia Emocional.
La Inteligencia Emocional es dos veces más importante que las destrezas técnicas o el Coeficiente Intelectual que determina las habilidades para las ciencias exactas, la comprensión y la capacidad de análisis reflexivo, el razonamiento espacial, la capacidad verbal y las habilidades mecánicas. Sin embargo, en el mundo empresarial se está empezando a tener en cuenta y a valorar más la denominada Inteligencia Emocional, que determina cómo nos manejamos con nosotros mismos y los demás.
La Inteligencia Emocional es un conjunto de destrezas, actitudes, habilidades y competencias que determinan la conducta de un individuo, sus reacciones, estados mentales, etc..., es la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los de los demás, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones.
El mundo laboral está cambiando, y ya no se puede hablar de una única profesión, o de un trabajo en la misma empresa para toda la vida; hoy en día se habla de "empleabilidad", que es la capacidad de una persona de aportar valor a la organización, y esto ya no se consigue sólo con un CI de alto nivel, sino que es necesario desarrollar un Coeficiente Emocional con cualidades como: constancia, flexibilidad, optimismo, perseverancia, etc...
Hay 2 factores característicos dentro del mercado laboral:
Por este motivo, todo empresario que quiera obtener beneficios y estar inmerso en este mercado tan cambiante, debe elaborar una estrategia ganadora, que sea beneficiosa para la subsistencia de la empresa, por lo tanto, sólo le queda contar con el activo con más potencial del que dispone: LA PERSONA.
Ello implica sacar el máximo provecho de ella, individualmente, y poderlo aplicar en una organización. Una empresa o institución está compuesta por diferentes departamentos, está estructurada por partes que forman un todo, y para su correcto funcionamiento es necesario que funcionen sus departamentos, y por supuesto las personas que lo forman, pero lo más importante, no es que funcionen correctamente por separado, sino entre ellas también, que esa organización funcione como equipo. Para ello, los empresarios buscan un desarrollo adecuado de las personas que forman su plantilla, ya que son las únicas que podrán encaminar la empresa hacia el éxito.
Por lo tanto, la cualidad diferenciadora entre las personas, no sólo partirá de su conocimiento sobre la función, sino de las habilidades interpersonales que tenga para poder trabajar junto con otro tipo de personas. Así pues, lo que buscará el empresario en sus empleados serán habilidades interpersonales, como: empatía, asertividad, expresión emocional, o resolución de conflictos.
Por estas 4 competencias se entiende:
Estas habilidades son las que se tienen que desarrollar para trabajar en equipo, son las habilidades que promueven la cercanía y la intimidad, y en definitiva, permiten expresar nuestros deseos, inquietudes, de forma abierta, directa y franca, teniendo en cuenta las necesidades de otras personas y alcanzar acuerdos satisfactorios para ambas partes en las mejores condiciones posibles.
Todo ello es necesario para desarrollar la COMUNICACIÓN, o en todo caso, establecer un proceso de feed-back en una empresa, todo el mundo forma parte del sistema, y el feed-back es el alma de la organización, el intercambio de información permite que la gente sepa si está haciendo bien su trabajo o si por el contrario, debe mejorarlo, efectuar algunos cambios o reorientarlo por completo.
Por último, podría nombrar la suerte, que podría decir que es un factor que también influye, pero no hay que confundirse, ya que la suerte se busca.